Cuando mi hija tenía 4 años, le enseñé ajedrez. Por supuesto ella inventaba sus propios movimientos de las piezas, lo que hacía que ella ganara siempre. Me gustaba mucho verla como lo pasaba bien y ganaba. Para los niños lo importante es ganar, y no es hasta que somos adultos que podemos separar el hecho de ganar y ser mejores, con el hecho de solamente pasarlo bien.
Para los niños, jugar juegos de mesa es entretenido. Pero es más entretenido si juegas un juego familiar, donde la edad mínima es algo mayor a la edad que ellos tienen. Porque para los niños, los adultos somos su modelo a seguir. Quieren ser como nosotros.
Aquí se da la eterna dicotomía ludica: ¿jugamos para ganar o para pasarla bien? Se puede ambas. Puedes jugar Catan, que tienen edad mínima de 10 años con tu hija/o de 8. Lo va a pasar re bien. Sí, quizás no jugarás al 100% del juego, pero la experiencia de jugar con tus retoños es impagable, además que les enseñas a manejar la frustración.
Les enseñas también que ellos pueden. ¿Te pasa que hoy los niños son más despiertos y vivos que lo que uno era cuando era chico? Están más expuestos a tecnología de dónde pueden aprender más cosas.
O puedes jugar Dixit que tiene edad mínima 8 años, con un niño de 6 o 7. Ellos amarán ser el cuenta cuentos y también votar por las cartas. Uno como adulto aprende más de tolerancia y paciencia con niños.
Verás que los niños lo pasarán re bien compartiendo contigo y querrán aprender un juego que para ellos es algo más desafiante. Por eso, además de jugar juegos de mesa de niños y con niños, cuando juegues un juego que es familiar y que sabes que podrán entender, hazlos partícipes de tu partida. Claro, no con un Ark Nova o un Terraforming Mars… ¿o sí?
Nosotros con Pablo incluso jugamos Warhammer 40.000 con nuestra hija de 6 años.